Hay un campo de estudio muy interesante y fundamental en psicoterapia hoy día, y son los estudios de factores comunes en psicoterapia. Estos investigan cuales son los factores comunes entre los diferentes tratamientos psicológicos, que ayudan al paciente a curarse, versus, las variables específicas que difieren entre los diferentes tipos de tratamientos.
Cuando Vamos A Elegir Un Psicólogo, Muchas Veces Nos Preguntamos, ¿Qué Enfoque De Terapia Elijo? Terapia Gestalt, Psicoanálisis, Terapia Cognitivo-Conductual…
Te diré algo: “las psicoterapias son más semejantes que diferentes cuando se llega a su esencia, facilitar el cambio psicológico” (1), y parece válido y hasta más ético utilizar un enfoque integrativo. Lo que interesa hoy es descubrir los elementos que hacen efectivas a las psicoterapias, entendidas como:
un proceso basado en la relación entre el terapeuta y el paciente en pos de la cura. (1)
Por eso en Psinergia Psicología utilizamos un enfoque integrativo, donde el terapeuta y la técnica llegan a ser una misma variable promotora para el cambio.
Cada vez más estudios y enfoques terapéuticos hacen hincapié en la importancia de la relación para el éxito del proceso. En el campo de la psicoterapia es la psicoanalítica la que más ha estudiado la relación terapéutica. El psicoanálisis relacional concretamente, estudia la relación terapeuta-paciente como elemento fundamental de cambio.
En las terapias humanistas, Carl Rogers determina 3 cualidades esenciales del terapeuta para el éxito de la terapia. La primera es la empatía, ser capaz de percibir la experiencia interna del cliente. La segunda la aceptación positiva incondicional del paciente. La tercera es la coherencia del terapeuta. Realmente, todas las terapias de enfoque humanista resaltan la necesidad de un vínculo humano profundo entre terapeuta y cliente para el cambio clínico.
En modificación de conducta son las terapias de tercera generación o contextuales las que hacen hincapié en la importancia de la relación. La terapia dialéctico conductual utiliza la relación misma como elemento de cambio; así como la terapia analítico funcional, pues en la relación terapeuta-paciente surgen oportunidades para reforzar y moldear las conductas. Lo que pasa en la sesión es un reflejo de la vida del cliente. También en la terapia de aceptación y compromiso, como el propio nombre indica, la aceptación de la conducta por parte de cliente y terapeuta es la fase fundamental para superar el problema. Es interesante el punto de vista de autores de enfoque conductista que plantean que en realidad, en psicoterapia no se puede diferenciar la técnica utilizada de la relación terapéutica. Ambas crean un conjunto, un “aquí y ahora” que es la oportunidad para que se pongan en marcha ciertos aprendizajes: nuevas formas de relación. Al final el cambio clínico se da gracias a estos procesos de aprendizaje que pone en marcha la relación terapéutica; de ahí su importancia (2).
Y es que en los estudios de factores comunes, la relación terapéutica, es, dentro de las variables en la que el terapeuta tiene control, la que más influencia tiene en los resultados del proceso terapéutico. La evidencia científica afirma que la relación terapéutica tiene un efecto mucho más alto en el cambio clínico que la técnica utilizada (3).
Independientemente de si el psicólogo es una persona que se cree con una salud mental inmejorable, es importante que haya vivido un proceso terapéutico de autoconocimiento con la técnica que esté utilizando. Porque, ¿cómo garantiza sino un buen servicio? El terapeuta es un instructor y un modelo (4), y es fundamental que sepa relacionarse consigo mismo y tener un mínimo de consciencia de sus propias reacciones, emociones y sus patrones de relacionamiento, para tener las habilidades interpersonales necesarias para crear en el contexto terapéutico una relación que permita al paciente aprender las nuevas formas de relación que necesite.
Porque aunque su salud mental sea buena, todos tenemos una personalidad o carácter (enfoque gestáltico), y si el psicólogo no la conoce, puede llegar a ser iatrogénico. Por ejemplo, al decirle algo a su paciente que en realidad necesita escuchar él mismo, o proyectar sus propias ideas sobre el mundo sesgadas. Y si bien es importante haber estudiado las técnicas, más importante es haberlas vivenciado y haberlas integrado.
Los psicólogos somos humanos sirviendo a humanos, máquinas muy complejas con pensamientos, emociones, sentimientos, deseos, instintos, locuras, sueños… Si un psicólogo es una persona que DA salud, por un tema moral, debe asegurarse de que tiene salud. Nadie puede dar lo que no tiene.
Además, para poder crear una relación terapéutica que sea efectiva, es importante que nos reconozcamos en la humildad, no sólo como psicoterapeutas sino como humanos, quienes, al igual que el que tenemos delante somos vulnerables a las enfermedades de todo tipo (mentales también); por ejemplo burnout, que de hecho es muy común en los profesionales sanitarios.
Por eso, en Psinergia Psicología te garantizamos que los profesionales que aquí trabajan han recibido un proceso profundo de autoconocimiento de mínimo dos años. Sabemos que es fundamental que los psicólogos tengan capacidad de insight, de ver sus emociones, traumas, carácter y patrones de relacionamiento. Que hayan vivenciado un proceso terapéutico, y sobre todo que conozcan su técnica no sólo con el pensamiento, sino también con la emoción, de manera que es imprescindible que la hayan recibido antes de utilizarla con sus pacientes.
Yo me trabajo cada día para ser una persona saludable y amorosa, para poder dar a mis pacientes salud y amor verdaderos. Cada uno da lo que recibe, y nadie puede dar lo que no tiene.
Además, quiero fomentar el autoconocimiento real de los futuros profesionales de la salud.
Eso sí, no deben olvidar que, la relación terapéutica es el factor común con mayor peso en el cambio clínico de los que el terapeuta tiene control. Sin embargo, debo destacar que factores comunes como la motivación del paciente para el cambio, tienen igual o mayor peso que la relación. Entonces ya sabes, si vienes al psicólogo, espero que tengas muchas ganas de reconectarte contigo mismo, conocerte y sanar 🙂
Bibliografía
- Romero Moreno, A. (2004). Factores atribucionales de la efectividad psicoterapéutica: variables específicas versus factores comunes. (Tesis doctoral). Universidad de Sevilla, Sevilla.
- Froján, M. X.; Pascual, R.; Moreno, D. y Ruiz, E. (2013) La relación terapéutica desde el punto de vista conductista. En A. García García (Presidencia). II Congreso de
la Sociedad para el Avance del Estudio Científico del Comportamiento SAVECC. Congreso llevado a cabo en Madrid. - Ardito, R. B., & Rabellino, D. (2011). Therapeutic alliance and outcome of psychotherapy: Historical excursus, measurements, and prospects for research. Frontiers in Psychology. http://doi.org/10.3389/fpsyg.2011.00270
- Ivanovic MS, M., Swift PhD, J. K., Callahan PhD, J. L., & Dunn MS, R. (2015). A Multisite Pre/Post Study of Mindfulness Training for Therapists: The Impact on Session Presence and Effectiveness. Journal of Cognitive Psychotherapy, 29(4),331–342. Retrieved from https://search.proquest.com/docview/1728002599?accountid=14744
- Bennett-Levy, J. (2019). Why therapists should walk the talk: The theoretical and empirical case for personal practice in therapist training and professional development. Journal of Behavior Therapy and Experimental Psychiatry, 62, 133–145. https://doi.org/10.1016/j.jbtep.2018.08.004
Esta entrada tiene un comentario
Pingback: Psicólogo o psicoterapeuta - Marta Rodriguez | Psicóloga