Las crisis que vivimos en nuestra vida son puntos de inflexión, dónde o todo va a mejor, o la cosa empeora. Es aquí donde recae el sentido subjetivo de “error”. He fallado. Pero, necesitamos salir del sentimiento de frustración:
Pondré un ejemplo con el miedo. Voy a asistir a un examen muy importante que determinará si puedo o no entrar a estudiar a la Universidad. Me he preparado mucho pero estoy nerviosa. Debido a mis nervios, el examen no me sale tan bien cómo me había preparado.
O bien, otro ejemplo. Las semanas anteriores al examen, me da pereza y no estudio. Además, al llegar al examen también me domina el miedo, y el examen es fallido.
Los pecados se pueden entender como emociones y sentimientos que nos hacen mal, porque nos dominan en determinados momento y no podemos explotar el 100% de nuestro potencial.
Ahora bien,
¿Cómo dominar los pecados, para que no me atrapen y me hagan mal?
El mal sólo se puede combatir con el bien. Debemos trabajar las virtudes. Frente al miedo, coraje. Frente a la pereza, fortaleza. Frente al engaño, verdad y sinceridad.
Pero, y ¿cómo lidiar con los sentimientos que surgen cuando ya me he equivocado?
La clave está en el perdón (a sí mismo sobre todo), y tener una actitud de querer aprender.
Recomiendo los siguientes pasos:
1. Examen de consciencia
¿Cuál ha sido mi error exactamente? ¿Por qué me invadió ese sentimiento o pensamiento? ¿Ya me pasó antes? Son preguntas importantes que debemos hacernos para entender bien cuál fue el error y aprender de él, para así no volver a cometerlo.
2. Sentir la culpa.
Cuando nos equivocamos nos sentimos tristes, enfadados… emociones negativas nos invaden que a veces se dirigen a alguien externo, o a nosotros mismos con autoagresión psicológica, nos decimos cosas como “eres un inútil”. Para afrontar esto, es bueno respirar, conectar con las emociones y el corazón, y simplemente sentir el dolor del error sin juzgarnos ni juzgar la situación.
3. Perdonarse a sí mismo.
Necesitas conectarte con una Verdad Superior, que es la aceptación, la fortaleza y la compasión hacia ti mismo y hacia tu crisis o frustración. Esto es, conectar con tu “Yo Superior”, tu Consciencia Superior. A veces es útil acudir a un guía, (sobre todo si nunca has trabajado el perdón), pero tú tienes dentro un maestro; y puedes conectar con él.
4. Actitud de enmendar el error
5. Cumplir
Debemos adoptar la firme y fuerte determinación de que, cuando vuelva a ocurrir una situación similar, no erraremos. Ganaremos.